DEDICADA A ESA FLOR...

© Cristina Alcaide, Cadloa

Esa flor, pequeña e indefensa en medio de una gran ciudad, que sin embargo ahí sigue, día tras día.

Paso por su lado, mis pasos la saludan, ella los ve venir y ir, todos los días, unos días con paso acelerado, otros arrastrándose sin ganas pero ella siempre está ahí, aunque el viento la agite hacia los lados, el agua la ahogue con tres gotas o el sol la caliente hasta el ahogo.

Siempre en el mismo lugar dejando que los perros la olfateen, que las latas rueden y la tumben o que una bolsa vuele hacia ella, la tape y que, cuando pasen, no la puedan apreciar.

Nunca pensé que fuera tan fácil, tomarle tanto cariño, ¡es una simple flor!, no es la más bella de las flores, ni posee todos sus pétalos impecables y perfectos, únicamente es una flor; una flor única.

Ahora pienso en ella, no sé si alguien más se habrá fijado que está ahí, es curioso, es a la primera que veo por las mañanas y el primer día que la vi pensé "esa flor no debería estar ahí, debería estar en el campo, rodeada de más flores, siendo rozada por la brisa de la mañana e incidiendo sobre ella esos rayos de sol suaves y tenues; no aquí, en esta ciudad sola" en ese momento sentí pena, mucha lástima por esa pequeña flor. Ahora....

Ya han pasado tres meses desde entonces, en los que ha llovido; en los que la han olisqueado; en los que ha hecho mucho frio y ahí sigue, pero esta vez la vi y pensé "tienes suerte pequeña flor, cada día ves un nuevo día y todos distintos. Unos días un perro se te acerca y te olfatea, otro día pasa por tu lado una hoja diciéndote adiós, en cambio muchas como tú, si son bellas, decoran grandes campos y poseen pétalos, pero únicamente eso, viven de sueños, el sueño de que la escojan para un ramo entre tantas como ella, todas iguales queriendo ser el centro de una mesa o el ramo de una novia. En cambio tú no eres ese día crucial, ni la visión reemplazable cuando te marchistas, tu eres la visión, día a día, de gente como yo.

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